Nada Vendemos

No me arriesgo, con total seguridad, a afirmar que la profesión de Agente Inmobiliario sea la más antigua del mundo desbancando a la que todos tenemos en mente. Pero si no lo es, casi.

Desde hace dos millones de años aproximadamente existen los “Homos” y dada nuestra condición física desde entonces hemos tenido necesidades de alojamiento y estoy por apostar que no tardamos en aparecer los inmobiliarios.

Pues desde entonces hasta hoy nuestra labor ha sido la misma, la mediación o corretaje.

Según la RAE, contrato de corretaje o de mediación es: “Contrato por el que una de las partes (el mediador o corredor) se obliga a indicar a otra (Comitente) la oportunidad de concluir un negocio jurídico con un tercero, promoviendo o facilitando su celebración, sirviéndole como intermediario a estos fines a cambio de una retribución – prima o comisión-, de manera que la obligación propia del mediador se configura como un Facio ut des”
Facio ut des, es una denominación de derecho Romano para indicar que en los contratos innominados alguien actúa o ejecuta bajo recompensa. Es decir que cobra el que cumpla el objeto, sea quien sea, lo que le genera el derecho a cobrar la recompensa. (Como en las películas de vaqueros)

Dice el Tribunal Supremo que “La esencia de la mediación radica en que la función del mediador está dirigida a poner en conexión a los que pueden ser contratantes, sin intervención del mediador en el contrato, ni actuar como mandatario, sino, en este caso como “corredor civil”, en cuanto actuó solo por una parte con la cual únicamente tiene una relación contractual de mediación, el mediador a diferencia del mandatario no contrata” (STS 1ª 10 –III- 1992 rec 264/1990)

En resumen, que los inmobiliarios en esencia somos “caza recompensas” no nos piden que entreguemos al reo limpio, lavado, peinado…. Como se decía en el viejo oeste, “vivo o muerto”.

Lógicamente esto es una broma o una forma ridícula de expresar una idea que si es cierta y que si subyace en el fondo de nuestra labor y es la de encontrar un comprador para la propiedad de nuestro vendedor.

En nuestra propia agencia incorporamos todos los servicios posibles para completar la labor de mediación, debemos diferenciarlos de los servicios de captación para llegar a los vendedores y de los servicios de marketing que podamos utilizar para promocionar los inmuebles pues eso sí se puede incardinar en nuestra labor para encontrar a nuestros compradores.

Pero la realidad es que hacemos muchísima cosas más por nuestros clientes, servicios que no son parte de nuestros honorarios, por los que no cobramos y que normalmente nuestros clientes no saben qué hacemos o que nosotros mismos no ponemos en valor.

No perdamos pues el norte de nuestro trabajo y dejemos claro a nuestros clientes por los que en realidad están pagando “una recompensa”.